Elegir mochila para el Camino de Santiago, una tarea laboriosa pero entretenida

A pesar del auge del transporte de mochilas en el Camino de Santiago, que nos está dejando huérfanos de aquellas escenas tan jacobeas que mostraban a peregrinos desencajados bajo el peso de macutos monstruosos, la mochila sigue siendo una pieza esencial e irreemplazable del equipamiento del peregrino. Es más, su diseño puede revelar aspectos de la personalidad del que la lleva y, dependiendo de la marca del fabricante, hasta desvelar su nacionalidad. Por ejemplo, tras una mochila Quechua se esconderá un peregrino español, así como tras una Vaude o una Deuter lo hará un alemán o austriaco. Los italianos son más de Ferrino y Osprey es más del gusto de americanos y australianos.

Evitar la compra por Internet es la primera gran recomendación a la hora de adquirir una mochila. La posibilidad de ajustarse la mochila en el mismo comercio y el asesoramiento de un vendedor especializado es una gran ventaja, ya que nos aconsejará sobre la capacidad, la talla y el modelo, que dependerá si es para hombre o mujer. En el precio también hay grandes diferencias y podemos encontrar mochilas desde los 45 euros hasta los 200 y más. La clave es adquirir una que sea cómoda y de suficiente calidad, sin tener que desembolsar mucho dinero en un modelo que quizás esté ideado para otra actividad.

La elección se complica ante tal variedad de mochilas. | CAMINOS PEREGRINOS

A continuación enumeramos las características que debería tener nuestra mochila jacobea:

Diseño. Los fabricantes especializados diseñan mochilas tanto para hombre como para mujer. Ellas tendrán que elegir un modelo específico, que entre otros aspectos se diferencian por tener menor longitud, llevar hombreras más estrechas y presentar un cinturón lumbar cónico.

Capacidad. A la hora de elegir una mochila para el Camino es fundamental elegir su capacidad, ya que a mayor capacidad se incrementa el volumen y y el peso. De esta manera, una mochila aconsejable para la peregrinación rondaría entre los 40 y los 45 litros, con un peso en vacío que oscilará entre un kilo y kilo y medio. Aquellos que tengan que acercarse al Camino en avión y no quieran facturar, tendrán que elegir un modelo que no sobrepase las medidas impuestas por las aerolíneas.

Talla. Además de su capacidad, la talla es una característica que pocas veces se tiene en cuenta. Se fabrican en varias tallas los modelos que no tienen un sistema que permita adaptarlos a la longitud de cada espalda. Para elegir la mochila más idónea a nuestras características tenemos que medirla desde la base de nuestro cuello hasta la cintura, a la altura de la cresta ilíaca.

Evitar la compra por Internet es la primera gran recomendación a la hora de adquirir una mochila

Tras estas tres características principales, la calidad y el precio de una mochila depende de su ergonomía, los tipos de tejido y materiales, la resistencia de las costuras, las correas de compresión laterales, la calidad de la espuma del cinturón lumbar y de las hombreras, el grado de ventilación que aporte la malla y la posibilidad que tenga, o no, de alojar bolsas de hidratación tipo Camelback. Otro aspecto importante es la distribución de los bolsillos y de los diferentes compartimentos. Por ejemplo, interesa que tenga un compartimento en la parte inferior, sellado del resto y de acceso independiente, para transportar el saco de dormir. Además, algunos modelos portan un bolsillo de acceso rápido en el propio cinturón lumbar, muy útil para llevar algunas barritas energéticas, el móvil, crema solar, etc. A la altura del cinturón otras también traen un compartimento de malla que permite transportar la cantimplora, la cual se asegura a la mochila con un mosquetón. En la parte superior, más conocida como seta o tapa, llevan otro bolsillo de acceso rápido donde el peregrino puede llevar la credencial u otros enseres que vaya a utilizar durante la etapa.

Tras esta laboriosa, aunque entretenida tarea, tendremos por delante la selección de la ropa y enseres que llevaremos al Camino, cómo distribuiremos su carga dentro de la mochila y cómo nos ajustaremos el macuto para evitar lesiones. Aspectos que trataremos próximamente en otra entrada del blog de Caminos Peregrinos.

Érase un peregrino a una mochila pegado. | CAMINOS PEREGRINOS