Mapa y perfil del Camino Aragonés. | CAMINOS PEREGRINOS

La Vía Tolosana, una sucesión de monasterios colmados de reliquias

La Vía Tolosana, una sucesión de monasterios colmados de reliquias

Por Camino Aragonés, a secas, o Camino de Santiago Francés por Aragón, se conoce a la prolongación española de la Vía Tolosana. En Arles, a orillas del Ródano, la Vía Tolosana (una de las cuatro grandes rutas jacobeas junto a la Turonense, Lemovicense y Podense) congregaba a los peregrinos de La Provenza y de Italia, así como a otros muchos de origen centroeuropeo. En Francia se sucedían numerosas abadías y prioratos, proporcionando oración, sustento y descanso en el largo y arduo camino que conducía al puerto de Somport. El punto de reunión lo constituía la célebre abadía benedictina de Saint Gilles, y una o dos jornadas más tarde hacían escala en Montpellier, próspera ciudad mercantil bendecida por su ubicación geográfica. La Vía concurría más adelante en Saint-Guilhem-le-Désert, donde reposan los restos de Guillermo de Orange, primo de Carlomagno. Hoy, este pintoresco pueblo medieval, que tomó forma por el impulso de la abadía de Gellone, lleva el sello de calidad de ‘Los pueblos más bellos de Francia’.

Más adelante, despuntaba junto a la vía de peregrinación el castillo de Usclas-du-Bosc, administrado por los caballeros de San Juan. El camino seguía por Lodève y visitaba la abadía benedictina de Joncels, prólogo de una travesía de algo más de un centenar de kilómetros que guiaba hasta Castres, núcleo desarrollado a partir de la abadía fundada en el s. VII por San Benito de Aniano. Desde aquí, unos escasos 80 kilómetros separaban a los peregrinos de Toulouse, importante lugar de peregrinación surtido de hospitales donde recibían cuidados, como por ejemplo el de Saint-Jacques du Bout-du-Pont y el de Notre-Dame-du-Puy. En la basílica de Sernín, consagrada en 1096 por Urbano II, veneraban las reliquias de San Saturnino, primer obispo de la ciudad. Al igual que otros muchos edificios religiosos de esta Vía Tolosana, el templo forma parte de los bienes inscritos en los Caminos de Santiago en Francia, que fueron declarados Patrimonio de la Humanidad en 1998.

El rosario de poblaciones y atenciones hospitalarias se prolongaba a través de Colomiers, Léguevin, Pujaudrán, Gimont, Aubiet y Auch, capital histórica de la Gascuña emplazada a orillas del río Gers. En el núcleo medieval, que se alza sobre una colina, sobresale la catedral de Sainte-Marie d’Auch, que se levantó en los siglos XV y XVI sobre las cenizas de la vieja catedral románica. El itinerario de los peregrinos continuaba por Barran, L’Isle-de-Noé,Montesquiou, Saint Christaud y Maubourguet, alcanzando Morlaàs, que se erigió en capital del vizcondado de Bearn durante los siglos XI y XII. De esa época data la bella iglesia románica de Sainte Foy. A menos de cinco horas de marcha, el camino llegaba a Lescar, la antigua Beneharnum. La localidad, satélite de Pau en la actualidad, consagró su primera catedral en 1062. Tras Artiguelouve y Lacommande, heredera de la encomienda medieval de Le Faget, esperaba Oloron-Sainte-Marie, donde reponían fuerzas para afrontar el paso por el valle pirenaico de Aspe. A través de Saint-Christaud, Escot, Sarrance, Accous, Lescun y Borce, los peregrinos superaban un tremendo desnivel que los acercaba hasta el alto de Somport, el mítico Summus Portus.

La vía Tolosana corresponde en Francia al Sendero de Gran Recorrido GR©653 y cuenta con una buena red de albergues (Gîtes d’étape) y alojamientos alternativos. Arles y Somport están separadas por algo más de 800 kilómetros, que pueden recorrerse en 32 jornadas a una media de 25 kilómetros diarios. Los interesados en cubrir el itinerario en Francia, o alguna parte de él, pueden consultar en Internet las siguientes direcciones, que corresponden a diferentes organismos y asociaciones vinculadas al Camino de Santiago en el país galo:

Pon Nou sobre el río Aragón. | CAMINOS PEREGRINOS

De Somport a Puente la Reina

De Somport a Puente la Reina

Nada más coronar, los peregrinos encontraban abrigo en el hospital de Santa Cristina, cuya fundación es confusa. Ésta remite a la leyenda que narra cómo dos caballeros franceses construyeron el hospicio en el lugar señalado por una paloma que, en aquel momento, llevaba una cruz de oro en el pico. Santa Cristina obtuvo durante varios siglos el inestimable patrocinio de monarcas y nobles, sobre todo de Alfonso I de Aragón, el Batallador, y Gastón IV, vizconde de Bearne, que permitió engordar el patrimonio y las encomiendas de la institución en tierras del Bearne y Aragón. Tal debió de ser entonces el prestigio y la popularidad del hospital de Santa Cristina – recordemos que su fundación fue anterior a la del hospital de la Caritat de Roncesvalles -, que en el capítulo IV del libro V del Codex Calixtinus, compilado en el siglo XII y atribuido al monje francés Aymeric Picaud, ya se cita a Santa Cristina como una de las “tres columnas necesarias para el sostenimiento de sus pobres”, junto al hospital de Jerusalén y el de Mont-Joux, en el paso de los Alpes. Tras varios siglos de esplendor, el hospital comenzó a vislumbrar su ocaso. La obra jacobea de referencia Las peregrinaciones a Santiago de Compostela de Parga, Lacarra y Uría, fija en el 1374 el comienzo de la decadencia de la institución, que más tarde sería sentenciada con la pérdida de posesiones en el Bearne debido a las guerras de religión entre hugonotes y católicos. En noviembre de 1610, el viejo hospital de Somport fue visitado por el cosmógrafo portugués Juan Bautista Labaña, que describió Santa Cristina como “un edificio pequeño y malo; hay en él una iglesia y coro alto con recogimiento de celdas… en este monasterio vive un fraile dominico; junto a él hay una gran casa que sirve de venta para los pasajeros”.

El religioso de la región de Poitou, Aymeric Picaud, aporta en el Codex Calixtinus valiosos detalles del itinerario jacobeo por Somport: “Se encuentran en la vía jacobea los siguientes pueblos. Primero está Borce, al pie de la montaña en la parte de Gascuña; luego, pasada la cumbre del monte, el Hospital de Santa Cristina; después está Canfranc; más tarde Jaca; luego Osturit; después Tiermas, en donde se hallan los baños reales que fluyen calientes; luego Monreal; por fin Puente la Reina“. La vía romana que conducía de Zaragoza al Bearn calca fielmente este mismo itinerario hasta Tiermas, como demuestra en profundidad el especialista en ingeniería romana Isaac Gallo en su estudio Item a Caesarea Augusta Beneharno. La carretera romana de Zaragoza al Bearn. Los primeros peregrinos utilizarían esta calzada, cuyos restos descansan en muchos de sus tramos bajo la N-330 entre Somport y Jaca y bajo la N-240 entre Jaca y Puente la Reina de Jaca. Desde esta población hasta Ruesta, la vía romana se solapa con el Camino de Santiago actual o discurre en paralelo a escasa distancia del mismo. Hoy en día, el Camino parte de Ruesta y asalta la sierra de Peña Musera en dirección a Undués de Lerda; la vía romana, por su parte, yace bajo las aguas del embalse de Yesa, ya que desde Ruesta ponía rumbo a Tiermas y, posteriormente, pasaba por Yesa, donde cruzaba el río Aragón para continuar hacia Javier.

Las peregrinaciones a Santiago de Compostela, en su capítulo dedicado al Camino entre los puertos de Aspe y Puente la Reina, apunta a que el camino proseguía al pie de Leyre, aunque sus autores no encontraron documentación ni noticia alguna sobre el paso de peregrinos por sus alrededores. Añaden que los viajeros cruzaban el río Irati en las inmediaciones de Liédena y se dirigían hasta la Foz de Lumbier, donde atravesaban de nuevo el cauce para dirigirse a Monreal. Señalan que otros muchos peregrinos, tras dejar Yesa, hacían escala en Sangüesa, que aún estaría repoblándose cuando se redactó el Codex Calixtinus. En Rocaforte, burgo antiguo de la actual Sangüesa, sitúan gran parte de los historiadores de la Orden Franciscana la primera parada de San Francisco de Asís en España durante su viaje a Compostela. Otros estudiosos, sin embargo, aseveran que el santo italiano nunca peregrinó a Santiago. A propósito del recorrido a partir de Sangüesa, nos parece oportuno citar un fragmento de El camino a Santiago. Vías, estaciones y señales, obra de Arturo Soria y Puig: “En el siglo XII, una vez que se llegaba a Sangüesa, resultaba más corto y cómodo ir por el sur de las sierras de Izco y Alaiz y empalmar con el camino principal, no en Puente la Reina, sino en puntos situados mucho más al oeste, como por ejemplo Cogullo o Logroño. A la consolidación de estos nuevos caminos contribuiría el afianzamiento de núcleos intermedios como Artajona, Tafalla u Olite, que contaban también con hospitales. Finalmente, la existencia al oeste de Sangüesa del santuario mariano más importante del viejo reino de Navarra, Ujué, acabó por complicar la malla de vías de peregrinación… Aparecen así rutas que lo mismo pudieron ser usadas por peregrinos locales, como por peregrinos a Santiago que se desviaban a Ujué y, una vez allí, se sentían tentados de bajar al valle del Ebro, por donde discurría otro camino jacobeo secundario procedente de Cataluña y Zaragoza que se unía al principal en La Rioja”.

Cuenca Prepirenaica de Aoiz-Lumbier. | CAMINOS PEREGRINOS

El Camino Aragonés, una ruta jacobea con poca afluencia a pesar de sus múltiples atractivos

El Camino Aragonés, una ruta jacobea con poca afluencia a pesar de sus múltiples atractivos

Las estadísticas recopiladas por la Oficina de Peregrinaciones de Santiago no pueden ser menos halagüeñas en lo que respecta a esta ruta de peregrinación. Revelan que, en 2017, tan solo 396 peregrinos de los 301.036 que llegaron a Compostela eligieron Somport como punto de partida, lo que significa un 0,13 % del total de caminantes. Jaca, a su vez, supuso la casilla de salida para 133 peregrinos (0,04 %). Mientras, más allá de nuestras fronteras, 120 peregrinos partieron de Arles (0,04 %). Estas cifras, aunque significativas, son orientativas y no reflejan el total de peregrinos que transitaron por el Camino Francés por Aragón, ya que muchos de ellos finalizarían su viaje en Puente la Reina. Por contra, el Camino Francés por Navarra sigue gozando de una salud espléndida; solo la localidad francesa de Saint Jean Pied de Port atrajo a 33.177 peregrinos (11,02 %); de Roncesvalles partieron 6102 caminantes (2,03 %) y 3870 lo hicieron desde Pamplona (1,29 %).

Varias circunstancias pueden estar detrás del escaso éxito que tiene entre los peregrinos la ruta jacobea por Aragón. Aunque a finales de 2017 ya se proyectó la construcción de un Centro de Acogida e Información en un edificio de la Estación Internacional de Canfranc (localidad que, por cierto, ya cuenta con varios albergues privados) y un albergue de peregrinos en Canfranc, los caminantes siempre han echado en falta la existencia de un gran albergue público que les recibiera en el alto de Somport, donde recabar información, obtener la credencial y pernoctar el día antes de la salida. La escasa afluencia de este itinerario ha provocado que, desde hace un par de décadas, el número de albergues para peregrinos del Camino Aragonés permanezca prácticamente inalterado. Además, estos alojamientos se concentran en el primer tramo del Camino, impulsados por los esquiadores que acuden a las estaciones de Astún y Candanchú y por montañeros. De esta manera, en los 30 kilómetros que separan Somport y Jaca hay casi el mismo número de albergues que en los restantes 135 kilómetros que median entre Jaca y Puente la Reina.

En el año Santo de 2010 se estrenó la película The Way, un filme estadounidense rodado a lo largo del Camino Francés que entra en España a través de Saint Jean Pied de Port y Roncesvalles. Si para esas fechas ya era lo más habitual partir de una de estas dos localidades, a partir de The Way, la brecha entre acceder a España por Navarra o hacerlo por Aragón se acentuó aún más. El estreno popularizó la ruta jacobea en Estados Unidos y, desde entonces, el número de peregrinos de este país que parten de Saint Jean o Roncesvalles, reviviendo el peregrinaje de su protagonista Martin Sheen, ha aumentado considerablemente. En 2010 los peregrinos de Estados Unidos constituían el 4 % del total de los llegados a Santiago, solo dos años después su afluencia había subido hasta el 7 % y ya escalaba hasta el 10 % en 2017, siendo el grupo más numeroso entre los extranjeros tras los peregrinos italianos y alemanes. La película no solo ha servido de gancho para los peregrinos norteamericanos, sino para muchos de los extranjeros. Si los productores hubieran situado el comienzo de la trama en Oloron-Sainte-Marie y Somport, a buen seguro que la afluencia del Camino Aragonés habría sido bien distinta.

Si el efecto The Way supone por sí solo un pesado lastre para el Camino Aragonés, varias de las guías en papel más utilizadas por los peregrinos de habla inglesa, como la de John Brierley, y la de Anna Dintaman y David Landis, no recogen el itinerario por Somport. Si esto fuera poco, la promoción y difusión del mismo ha sido, a nuestro parecer, escasa y errónea, potenciando más los aspectos que se encuentran fuera del Camino que los que afectan directamente a los peregrinos y a la vía de peregrinación en sí. El itinerario, sin embargo, atesora numerosos atractivos que hasta la fecha no se han sabido difundir: un lugar destacado en la historia de las peregrinaciones, paisajes grandiosos, abundancia de tramos de tierra frente a los de asfalto, un itinerario sin masificar que favorece una experiencia más completa y gratificante, etc. El Camino Aragonés o Camino de Santiago Francés por Aragón nunca defrauda y espera paciente la llegada de más peregrinos que corroboren sus encantos.

Señalización jacobea en Navarra. | CAMINOS PEREGRINOS

Bibliografía

Bibliografía

  • Liber Sancti Iacobi. Codex Calixtinus. Traducción al castellano de A. Moralejo, C. Torres y J. Feo. Edición actualizada por María José García Blanco, editada por la Xunta de Galicia en 2014.
  • Los Caminos de Santiago. Obra escrita con la colaboración de Julie Roux y realizada con el asesoramiento del Centro de Estudios Camino de Santiago de Sahagún. Editada en 2004 por MSM.
  • Las peregrinaciones a Santiago de Compostela. Obra de referencia escrita por Luis Vázquez de Parga, José María Lacarra y Juan Uría Ríus. Edición facsímil editada en 1998 por el Gobierno de Navarra.
  • El camino a Santiago. Vías, estaciones y señales. Obra de Arturo Soria y Puig. Segunda edición – corregida y ampliada – editada en 1993 por el Ministerio de Obras Públicas y Transportes.
  • Guía del Camino Jacobeo en Aragón. Escrita y coordinada por José Luis Ona y editada en 2010 por el Gobierno de Aragón.
  • Item a Caesarea Augusta Beneharno. La carretera romana de Zaragoza al Bearn. Estudio e investigación de Isaac Moreno Gallo, editado en 2009 por el Centro de Estudios de las Cinco Villas. Institución Fernando el Católico.
  • El Camino de Santiago y la Ciudad Ordenada en Aragón. Idea, comisariado y texto de Ramón Betrán Abadía. Editado por la Diputación General de Aragón en 1999.
  • Evidencias arqueológicas sobre la muerte en el Camino de Santiago. Trabajos de Arqueología Navarra. Número 22. Año 2010. Carmen Jusué Simonena, Mercedes Unzu Urmeneta y María García-Barberena Unzu.